Como era previsible, mucha tinta ha corrido alrededor de la propuesta
REFORMA A LA LEY 30 DE EDUCACIÓN SUPERIOR. También en imágenes hay un amplio
dossier. Un enfoque bastante objetivo y desapasionado puede verse en la intervención de 15 minutos del rector de mi
Alma Máter, fácilmente asequible en:
http://www.youtube.com/watch?v=31Cn2kWo2Q0&NR=1
Se recomienda escuchar esta variada gama de comentarios:
www.youtube.com/watch?v=dzZPl9-jn6E&feature=player_embedded
Para no repetir los argumentos con los cuales la mayor parte de críticos está de acuerdo, voy a intentar en los siguientes párrafos hacer una síntesis de lo que opino sobre un tema más amplio: lo que debe ser una educación integral incluyente. Empezaré con esta cita, tomada de una columna de opinión publicada hoy 9 de abril (Marcos Silva, http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/otroscolumnistas/la-reforma-de-la-educacion-superior_9141982-4):
Alcanzar la meta de calidad altísima en la educación superior obliga a reestructurar y redefinir todo el sistema, desde el kínder hasta la universidad.
Supongamos que el ex ministro de educación Galán,
sacrificado, o más específicamente,
llevado al matadero hace casi 22 años, hubiera sido el heredero de las banderas de Gaitán,asesinado un día como hoy, hace 63. Si Galán viviera,
educación de calidad para todos podría ser una de ellas. Ese ha sido uno de los derechos fundamentales proclamados desde la Revolución Francesa. Europa y más recientemente los tigres asiáticos, a su modo, han hecho bien la tarea.
La Tercera Vía, esquema del que supuestamente nuestro Jefe de Estado es adalid, olvidó tan elemental reivindicación en países del Tercer Mundo. En Colombia, en términos generales, la situación es todavía más grave: a los altos índices de inequidad, se suman la brecha que la educación de calidad para unos pocos privilegiados establece e índices de atraso representados en 5 locomotoras obsoletas (
sin rieles, agregaría Francisco Cajiao), para no hacer mayor referencia a los índices de corrupción, violencia, injusticia y otras plagas (alededor de 10) que generan miseria por doquier. Me centraré en el problema que prometí abordar.
En contravía de la imperiosa necesidad de ingresar a la
Sociedad del Conocimiento (1), para poder medianamente competir con los países desarrollados que por supuesto ya lo hicieron, la propuesta de someter la educación superior a la oferta y la demanda del mercado en un país como Colombia tendrá como resultado principal el
deterioro de la calidad en las pocas universidades estatales que la han logrado bajo algunos estándares, a pesar de la asfixia presupuestal.
"La Educación Superior será accesible a quienes demuestren poseer las capacidades requeridas y cumplan con las condiciones académicas exigidas en cada caso". Así reza hipócritamente el artículo cuarto de la propuesta reforma. Pero claramente lo ha dicho la Ministra de Educación: como no hay dinero para atender esa obligación, hay que decirle a la empresa privada que lo aporte y, de paso, se quede exclusivamente con los rendimientos. Hubieran podido agregar que en pocos años la universidad de calidad será accesible solo a quienes tengan con qué pagarla o encuentren la forma de hipotecarse de por vida. Para comparar con los deplorables resultados en Salud, en abierta violación de otro derecho fundamental, hemos denominado a la propuesta:
Ley 100 para la Educación Superior.(2)
Es cierto: si la ley se aprueba tal como está, no se está privatizando la educación superior; simplemente se limitará aún más el acceso a la excelencia académica a las grandes masas de la población. Así ha ocurrido con la educación pública básica. Quien quiera una educación básica de calidad, tendrá que pagarla. En gran parte del Territorio Nacional ni siquiera se ha garantizado cobertura, pues la deserción es muy grande; todavía mayor lo es en la educación superior y la espiral se repetirá una y otra vez.
Voy a hacer un planteamiento que seguramente algunos encontrarán radical: hablando en términos generales (salvo unos pocos
visionarios), nuestras clases política y empresarial no han sido educadas para que entiendan lo que puede significar el ingreso a la Sociedad del Conocimiento; mucho menos lo que podría significar la
universidad de la(s) globalización(es) con las especificidades requeridas en un país como Colombia.
El debate en que estamos enfrascados es sano y, si se aprovecha adecuadamente, puede llevar a una toma de conciencia de 3 sectores,a saber, Estatal, Empresarial y Sociedad Civil, que, mancomunadamente con el Sector Académico, encuentren una salida apropiada al
impasse en que nos ha metido el MEN, por carencia de un estudio serio del problema.
De cara a la Era de la Información y a las sociedades del conocimiento, la mayor inversión es la educación, pero no una educación cualquiera, pues ello llevaría a dilapidación de recursos. Fui parco en el título:
EQUIDAD EN UNA EDUCACIÓN DE EXCELENCIA
es la propuesta del
Educador Buinaima. A ella se une no solamente el clamor de un pueblo que reclama ese derecho ahora fundamental sino el estudio concienzudo y minucioso de investigadores en todos los campos. Por citar dos, en las nuevas ciencias cognitivas y en las ciencias económicas no ortodoxas (léase
no anquilosadas), en principio, bajo condiciones pedagógicas y contextuales adecuadas,
todos los niños, las niñas, adolescentes y jóvenes pueden desarrollar su(s) talento(s), una afirmación que Buinaima y quienes han experimentado con escolares en sectores sociales tradicionalmente marginados corroboran a diario, de paso contribuir al
desarrollo a escala humana.
Esta noticia es excelente, porque en la nueva era y la nueva sociedad
la educación no es un problema, como lo han tratado de ver un estado miope y unas clases política y empresarial mal informadas:
la educación de excelencia será la solución, no mágica sino real.
Si se brindara de verdad una educación básica de excelencia, de todos los sectores sociales y de todas las regiones llegarían a esa universidad de excelencia que necesitamos para salir del subdesarrollo jóvenes talentosos, ingeniosos y creativos (con los viejos
TIC, como solemos abreviar en Buinaima), que con su capacidad de emprendimiento y su compromiso social dieran un vuelco al deplorable
ethos cultural del presente. Lo que dicen que
ganaron los Nule seguramente no lo van a invertir en educación superior. Habría podido serlo, bajo otras condiciones. Moralejas: plata sí hay pero donde no debe estar; hay que invertir en la gran
Empresa de la Educación, mas no con el sentido de lucro inmediato. La inversión promete resolver el problema de las 10 plagas, revertir los indicadores negativos arriba mencionados y dar paso, no ya a las locomotoras, sino a naves espaciales que nos conduzcan a
otro mundo posible, o por lo menos trenes expresos que nos permitan avanzar a la velocidad que requerimos para dejar el atraso y competir en la convivencia dentro de las diferencias. Me dirán que estoy escribiendo con el corazón... pero no, lo he hecho con la cabeza bien puesta, examinando lo que ha ocurrido en otros vecindarios (Brasil, por ejemplo, experiencia muy distinta a la que cree la ministra; o mejor, los países nórdicos, donde tuve oportunidad de obtener mi doctorado y conocer
otro mundo posible). El nuestro puede ser mejor, como lo concibieron García Márquez y los otros 9 ex comisionados de la famosa
Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo, olvidada en los estrados oficiales mas no en la
Nueva Escuela que propugna un
Nuevo Ethos Cultural "que supere la pobreza, violencia, injusticia, intolerancia y discriminación que mantienen a Colombia atrasada socio-económica, política y culturalmente". (Comisionado Rodolfo Llinás, 1994.)
(1) Desde Buinaima siempre hemos sostenido que debería hablarse más bien de una
Sociedad del Aprendizaje. Por la misma razón, nuestro lema es el de la hoy cuasi-olvidada
Misión CED:
Conformar en Colombia un Nuevo Ethos Cultural.
(2) En un blog anterior llamábamos la atención a dos columnas de Eduardo Sarmiento en ese sentido, publicadas con un año de diferencia. Curiosamente hoy encontré otra columna de hace un año en donde se enfatizaba la misma situación:
http://reforma.udenar.edu.co/?p=263
¿Finalmente Uribe se salió con la suya?.