domingo, 7 de abril de 2013

LA PAZ ES REQUISITO INDISPENSABLE PARA AVANZAR EN LA

CONFORMACIÓN DE UN NUEVO ETHOS, 
CONSTRUCCIÓN DE UN MEJOR PAÍS
Otra Colombia, en donde se haya puesto fin a la inequidad y la exclusión, suprimido la corrupción y la violencia, establecido las condiciones indispensables para poder ingresar, por fin, con optimismo, al siglo XXI, no solo es imaginable sino también posible. Eliminadas las causas del atraso social, político y cultural, el desarrollo puede pensarse para todos y con sentido humano.
Los comentarios en torno al proceso de paz que se está llevando a cabo abundan por doquier. Empezaré por indicar al lector unos pocos que me parecen acertados, y terminaré por referirme a un asunto que casi todos olvidan:

http://http://www.elespectador.com/opinion/columna-414439-hora-de-voluntad
http://www.elespectador.com/opinion/columna-414440-revivamos-nuestra-historia
http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/gustavopetro/un-sueno-posible-gustavo-petro-urregocolumnista-el-tiempo_12729173-4

Todos somos conscientes de que LA MARCHA POR LA PAZ es un coctel variopinto, pero ello no la invalida. Por el contrario, eso hace del proceso, complicado y prolongado, algo más significativo y trascendente que la simple continuidad de una campaña electoral en la que todos tratarán de beneficiarse. Es indispensable recalcarlo una vez más; como escribiera alguna vez William Ospina:
LOS NIÑOS SON EL PRESENTE
EL FUTURO LES PERTENECE. El futuro pertenece a las nuevas generaciones de colombianos que nada tienen que ver con el manejo inadecuado de casi doscientos años de vida republicana. El pensamiento y la acción de quienes podemos decidir por nosotros mismos tienen que concentrarse en quienes todavía son niños. Si algo importa para ellos es la puesta en marcha de un proceso educativo que desde la primera infancia hasta la educación superior garantice oportunidades para todos, no solamente laborales, por importantes que estas sean. Pero sobre este asunto no he visto opinión alguna en las conversaciones de paz. Este ha sido uno de los gobiernos, no el único, en los que al tema se le ha dado poca importancia: no es ni siquiera parte de "las locomotoras", siendo como debería ser el indispensable combustible que guíe ambos, el pensamiento y la acción. Por su parte la guerrilla poco se ha preocupado por el problema. Pensará que este puede esperar hasta la toma del poder. Ya deberíamos empezar a hacer planteamientos serios sobre lo que debe ser la educación en su conjunto para este siglo; hemos perdido dos décadas desde las recomendaciones al respecto de La Misión de Sabios, reunida esta por primera vez el 16 de septiembre de 1993.

Pocos recuerdan ya lo que fue aquella, la Misión de Ciencia Educación y Desarrollo. En el epílogo de su informe conjunto, Colombia al filo de la oportunidad, se habla de la imperiosa necesidad de constituir una segunda misión de la que formen parte todos los colombianos. Léase bien, no se pide que estén representados todos. No sé cuál sea el procedimiento, pero si algo debe quedar claro es que del Proceso de paz (no puede limitarse a unas negociaciones, aunque estas sean el punto de partida) debemos formar parte todos y todas.

EL NUEVE DE ABRIL no debería ser solo una fecha memorable por lo que se recuerda (Gaitán) y por lo que se olvida (las verdaderas víctimas de la violencia). En últimas, los más perjudicados son los niños y las niñas de toda Colombia que no tendrán futuro mientras subsistan la corrupción y la inequidad, fuentes de todas las violencias, y una educación sin calidad y sin valores, el combustible de nuestras desgracias, o la carencia de educación, otro violento explosivo. Al tema de la educación y la equidad  volveremos en próximas columnas. Sobre el significado de  este 9A  recomiendo la columna de Molano Bravo:
http://www.elespectador.com/opinion/columna-414446-nueve-de-abril-sesenta-y-cinco-anos