sábado, 21 de julio de 2012

EDUCACIÓN, CIENCIA Y DESARROLLO

Hace 18 años la «Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo», denominada por los medios Misión de Sabios, presentó el Informe Conjunto de sus recomendaciones al Estado Colombiano, presidido entonces por César Gaviria, en un texto de amplia difusión:
Colombia: al filo de la oportunidad.
Ese fue solo el primer tomo de los informes de comisionados, editados bajo la dirección de Carlos Eduardo Vasco Uribe. Aunque los restantes 7 no fueron ampliamente difundidos, el texto completo del Informe Conjunto sí lo fue. Se encuentra en el siguiente enlace: http://www.umng.edu.co/documents/10162/53561/cdq_colombia+al+filo+de+la+oportunidad.pdf
Exactamente una década después, el 21 de julio de 2004, en un intento por rescatar del olvido la que, a nuestro modo de ver, fue la recomendación central de la Misión de Sabios, se fundó «Buinaima» – Asociación Colombiana pro Enseñanza de la Ciencia, en el prismático escenario de «Maloka», ideal para el renacimiento de Buinaima, el educador que cuida de la gente. A ella pertenecen, en calidad de miembros honorarios, los 10 ex comisionados. Presididas por la Universidad Nacional de Colombia, en calidad de instituciones honorarias estatutariamente la conforman las universidades de régimen nacional, algunas universidades estatales, las academias de Ciencias y de Pedagogía y asociaciones sin ánimo de lucro con similares propósitos misionales. Respondiendo a la recomendación central de La Misión, a saber, la
Conformación de un Nuevo Ethos Cultural
en Colombia, se publicó un libro con el mismo título que recoge la visión de largo plazo de la asociación, «Proyecto ETHOS Buinaima», texto disponible en versión electrónica en nuestra página: www.ethosbuinaima.org
Ahora se propone una Segunda Misión de Sabios (véase el blog anterior), y nosotros preferiríamos denominarla
Misión pro Educación, Ciencia y Desarrollo
¿Por qué la educación primero? Porque sin ella no puede haber ciencia y mucho menos desarrollo. No hablamos de un desarrollo cualquiera, nos referimos al desarrollo a escala humana. siguiendo si se quiere los pasos de la denominada Economía Descalza, al menos una economía que se ajuste mejor a las necesidades de desarrollo de América Mestiza,bella denominación sugerida por William Ospina. Referimos al lector a su reciente discurso pronunciado en la Universidad de Antioquia, disponible en: http://www.elespectador.com/opinion/columna-359788-tiempos-de-peligro
Brevemente propondremos el rol que quisiéramos asignarle a esa nueva misión, no gubernamental, más bien constituida por personalidades de buena voluntad que se hayan distinguido en los campos científico, tecnológico, educativo,cultural y otros afines, que puedan llegar a acuerdos sobre propuestas para la
Conformación del nuevo ethos cultural en Colombia.
Inicia Ospina la columna de la referencia citando a cierto poeta que afirmaba defender los valores más altos de la especie: los valores del Paleolítico superior. Y es que los grandes inventos no son de ahora:
“las edades de los grandes inventos fueron aquellas en que inventamos el lenguaje, domesticamos el fuego y las semillas, convertimos en compañeros de aventura al caballo y al perro, la vaca y la oveja, inventamos el amor y la amistad, el hogar y la cocción de los alimentos, en que adivinamos o presentimos a los dioses y alzamos nuestros primeros templos, cuando descubrimos el consuelo y la felicidad del arte tallando gruesas venus de piedra, pintando bisontes y toros y nuestras propias manos en las entrañas de las grutas”.
Por eso es equivocado afirmar que estas, las presentes, son las épocas más grandiosas de la historia. Es posible afirmar que la actual es la era de la información, porque hace un siglo descubrimos la física cuántica y hace una década estamos intentando el procesamiento cuántico de la información, aunque a decir verdad todavía lo hacemos sin mayor éxito. Todavía no estamos seguros de haber comprobado la existencia de los bosones de Higgs, esas partículas exóticas que equivocadamente algunos denominaron divinas y que llenarían todo el espacio que suponíamos vacío hasta el confín del universo, el campo de Higgs. Pero discutir estos asuntos, por importantes que parezcan, nos desvían del propósito de la propuesta que tenemos para hoy, cuando estamos celebrando el 8º aniversario de «Buinaima». Así que vamos al grano.
Mientras se conforma esa Segunda Misión de Sabios, con lo cual estaríamos plenamente de acuerdo, tendremos que discutir entre todos cuáles son los pilares básicos para la conformación de ese Nuevo Ethos Cultural que, como propuso la primera, en palabras del comisionado Rodolfo Llinás,
supere la pobreza, violencia, injusticia, intolerancia y discriminación que mantienen a Colombia atrasada socio-económica, política y culturalmente,
a lo cual hay que agregar el combate frontal a la corrupción, propiciada desde las altas esferas, a la inequidad, particularmente en el acceso a la educación de calidad y a la salud, que se garantice la restitución de tierras, se haga efectiva la ley de víctimas y se atiendan las regiones tradicionalmente olvidadas de nuestra geografía. Los problemas a resolver son muy grandes y la clase dirigente no parece interesada en resolverlos. Es posible la conformación de un amplio movimiento cívico que, con inteligencia, sepa conducirnos, no ya a una sociedad del conocimiento, es más ambicioso hablar de la Sociedad del Aprendizaje, el aprendizaje de la sabiduría, consistente esta en el uso apropiado del conocimiento en los asuntos humanos, como la definiera Sidney Hook.

viernes, 20 de julio de 2012

SEGUNDA MISIÓN DE SABIOS

Hace exactamente 18 años, el 21 de julio de 1994, fue dado a conocer públicamente el Informe Conjunto de la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo, denominada por los medios «Misión de Sabios». Más de 1500 firmas de académicos e investigadores respaldarían una «Segunda Misión de Sabios». En efecto, en vez de mejorar, después de la ley 1286 de 2009, supuestamente destinada a fortalecer el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, el papel de Colciencias ha desmejorado y los recursos que se destinan a los grupos de investigación son menores. Ello en abierta contradicción de lo que se esperaba con una nueva ley de regalías. Conclusión: las leyes no bastan, se requiere de una verdadera política de Estado. Quienes deseen respaldar la carta enviada a Presidencia de la República, todavía pueden hacerlo en el enlace: https://docs.google.com/spreadsheet/embeddedform?formkey=dElXWXdHNGNlY2QzMnd2c GE1NENXTFE6MQ El texto completo de la carta es el siguiente: Doctor JUAN MANUEL SANTOS Presidente de la República Bogotá D.C. Respetado Señor Presidente: La comunidad académica y científica y las instituciones que desarrollan investigación en el país habíamos recibido con beneplácito su propuesta de incrementar los recursos para la ciencia, la tecnología y la innovación, y de asumir a la innovación como una locomotora clave para el desarrollo del país. Pensábamos que así se daba cumplimiento, al menos parcialmente, a la vieja aspiración de superar el bajo gasto nacional en la búsqueda de nuevo conocimiento, y que además de fortalecer la investigación científica y la formación de alto nivel se buscaría una mejor aplicación de este conocimiento para responder a los retos del desarrollo económico y social del país. Nuestra visión optimista se completaba con la idea de ver desarrollada la Ley 1286 de 2009, pues ésta carecía de recursos y demandaba esfuerzos importantes para consolidar una nueva institucionalidad que favoreciera el desarrollo científico y tecnológico en el país. Como se desprende de la Ley 1286 y ha sido la tradición de las últimas décadas en el país, es Colciencias la entidad líder en la definición de política del sector y en la implementación de estrategias de fomento a la investigación y la innovación. Por eso pensábamos que, como se ha logrado en otros países con la entidad que tiene a cargo este rol, Colciencias sería fortalecida para responder a los nuevos retos, tanto en su capacidad institucional como en su presupuesto. Lamentablemente, dos años después nos encontramos con un panorama desalentador y apreciamos que a los anhelos de ver fortalecidas las actividades de ciencia y tecnología, el país se encuentra en un momento crítico que pueda dar al traste con lo que se ha construido en este frente en las últimas décadas y que puede llenar de frustración a una masa creciente de profesionales y grupos y centros de investigación con capacidades para generar nuevo conocimiento de talla mundial y aplicarlo para beneficio del país. A pesar de lograr un aumento importante de recursos, gracias a la destinación del 10% de las regalías para ciencia, tecnología e innovación, lo cierto es que la forma como se plantea la asignación de estos recursos y la visión que se impone en el alto gobierno sobre la innovación y su manejo como política pública, Colciencias y las instituciones de investigación del país quedan relegados, ocasionando efectos negativos sobre la confianza y la credibilidad en la política científica y tecnológica. Queremos conservar la esperanza de mejorar este panorama y despejar el futuro para que Colombia cuente por fin con el número de científicos, de publicaciones, de patentes y de invenciones, entre otros indicadores relevantes a los que suman la transferencia de tecnología y la apropiación social del conocimiento, que le permitan superar el subdesarrollo y prepararse para ingresar a las ligas de los países desarrollados, como es el caso de la aspiración que usted ha propuesto para que Colombia sea parte de la OCDE. Por esto, Señor Presidente, lo exhortamos a revelar su voluntad política para fortalecer a Colciencias y liderar la salvaguarda de la institucionalidad propia del sector buscando una recuperación de la confianza y la credibilidad por parte de la comunidad científica y de la clase empresarial. Estamos seguros que el Señor Presidente comparte la imperiosa necesidad de responder a los desafíos de la economía del conocimiento con una clara política nacional de ciencia, tecnología e innovación, un incremento de recursos financieros para apoyar la investigación en el país, una clara articulación entre el fomento a la investigación y los procesos de innovación tanto en el sector productivo como social, y la participación en la formulación de esta política de los principales actores sociales, como es el caso de la comunidad científica y del sector empresarial y otros usuarios del conocimiento. Conocemos la sensibilidad del Presidente frente a estos temas y por eso confiamos en que atenderá nuestro reclamo, el de cientos de investigadores y de las instituciones dedicadas a la investigación, para avanzar con firmeza en la realización de los sueños que desde hace dos décadas quedaron plasmados en el informe de la misión de Ciencia, Educación y Desarrollo. Al verse abocado a designar un nuevo director en Colciencias, consideramos trascendental que en ese cargo sea nombrada una persona que además de tener todo su apoyo y una línea de comunicación directa, pueda interactuar fácilmente con las demás instancias del gobierno nacional y que sea reconocido por la comunidad científica nacional por sus ejecutorias y por liderar una línea de pensamiento para el desarrollo científico-tecnológico y de fomento a la innovación. Cuenta el gobierno con nuestra capacidad de diálogo y de formulación y análisis de propuestas para avanzar en la consolidación del sistema nacional de ciencia tecnología e innovación, por lo que recordamos la importancia de conformar una nueva misión de sabios o de notables que pueda dar luces para la formulación de una política de Estado en la materia. Luego de preparar esta comunicación, convocamos de manera especial a representantes de las instituciones que desarrollan investigación, a investigadores e integrantes de los grupos y centros de investigación del país. Producto de esta convocatoria, alcanzamos el respaldo de cerca de 1.400 personas que manifestaron su adhesión a la carta por vía electrónica. Adjuntamos la lista de estas personas y conservamos en archivo la identificación de su correo electrónico para mantener el diálogo en torno a este tema. La adhesión al texto se mantiene abierta, por lo que más adelante podemos informarle de las novedades sobre el particular. Con toda consideración y respeto por el Señor Presidente, manifestamos nuestra disposición para exponer en detalle nuestros argumentos y propuestas para el país, así que de estimarlo conveniente puede fijar una audiencia para recibir una comisión de los firmantes. Julio 17 de 2012