lunes, 17 de octubre de 2011

EDUCACIÓN DE EXCELENCIA CON EQUIDAD, E3

Ahora que el TLC está de moda, deberíamos reflexionar sobre cuál es el papel de la educación en este tratado tan desigual. La conclusión puede anticiparse: si no seguimos el camino de quienes le han apostado a la educación (países como Finlandia, Australia, Singapur y Brasil, para escoger 4 casos diferentes), no tendremos mayor opción. Más que apostarle a vender barata mano de obra no calificada o subastar materia prima sin valor agregado, deberíamos hacer todo lo contrario. Ese debería ser el propósito inexorable de una verdadera reforma educativa. (Véase la entrada anterior, EDUCACIÓN, TEMA DE MODA.)

LA EDUCACIÓN, TEMA DE MODA CON EL TLC

Dos temas están de moda, la Educación Superior y el TLC. Me referiré a uno de ellos, el primero y prioritario, fuertemente conectado al segundo. No veo cómo afrontar los retos que trae este último si no nos hemos preparado concienzudamente para ello. En el tema de infraestructura física, es evidente que "nos cogieron con los pantalones en el piso". Pero no me ocuparé de ese asunto.

¿Recuerdan la historia de Steve Jobs? Pues bien, Steves Jobs no se dan silvestres. Quiero decir que por cada talento que se desarrolle en esa forma, habrá miles de adultos fracasados que ni siquiera se enteraron del talento que tuvieron. El sistema educativo vigente no brinda las mismas oportunidades a todos.

¿Qué significa fracasar hoy, cuando se habla de Sociedades del Conocimiento y de la Era de la Información? Es lo que estamos viviendo, un país desvertebrado, en el que creemos sobrevivir solamente con la innata astucia humana, tipo Nule.

Y por eso, la educación (lo mismo que la cultura) es modelo de equidad social, porque hace que desaparezca la desigualdad que está al comienzo. Antes de empezar su tarea, el maestro sabe algo que los estudiantes ignoraban. Si el maestro es bueno, al terminar su trabajo esa diferencia ha desaparecido y todos saben lo que antes sólo uno sabía. En el proceso de educación, dar es siempre recibir y enseñar es lograr que quienes eran desiguales se conviertan en iguales. Y mientras mejor sea el otro, mejor es uno mismo.

(Tomado del párrafo final de
http://www.jorgeorlandomelo.com/montaignemaestro.htm)

Ese era el esquema de Montaigne. El mismo Melo nos advierte que
el hombre no viene programado para producir resultados a partir de la información externa, sino que está programado para aprender, es decir para crear e inventar, a partir de lo que capta afuera, formas nuevas de actuar y nuevos conjuntos de reglas y procedimientos.

Es por eso que podemos transformar la adversidad en bonanza, como en gran medida hizo Singapur hace 4 décadas. Es el llamado que hizo La Misión a
conformar en Colombia un nuevo ethos cultural,
que recogiera Buinaima en el espíritu de
generar nuevas formas de pensar y de actuar.


Se equivocan quienes creen que UNA EDUCACIÓN SUPERIOR DE CALIDAD se logra sin una educación básica ídem. La Revolución Educativa, sin lograr la pretendida cobertura, fue un fracaso mayor en calidad. Otra vez remito al caso de Singapur, pero también de Finlandia y de Australia, en donde los docentes de la primaria tienen una excelente preparación y una adecuada remuneración. Los resultados saltan a la vista en las pruebas internacionales a que se someten; nosotros también nos sometemos, para constatar nuestro paupérrimo desempeño.

El Gobierno hizo mucha retórica inicial alrededor de la educación. Planteó el desarrollo en términos de locomotoras obsoletas y se olvidó que se requiere al menos de rieles por donde deberían ir esas viejas locomotoras, entre ellas la de la minería, con la que tantos desastres ecológicos se presagian y las nuevas que se anuncian con los TLC. Si se toma como modelo una educación de excelencia, podrán circular por esa vía no ya locomotoras a vapor sino trenes superexpresos como los que han diseñado algunos países orientales.

Para no abusar del lector, resumamos en una frase lo que debe ser una EDUCACIÓN EQUITATIVA Y DE EXCELENCIA, indispensable en los nuevos tiempos, si se quiere competir con éxito, como lo demuestran claramente los ejemplos citados, entre ellos el más cercano de Brasil.

Los males ya endémicos de pobreza, violencia, exclusión, corrupción, impunidad, inseguridad, desempleo, politiquería, nepotismo, ineficiencia (menciono solo 10 para limitarme al número que dicen azotó a Egipto) se pueden combatir con una EDUCACIÓN DE EXCELENCIA PARA TODOS Y TODAS. Esa educación envuelve otras dimensiones, que no solamente el aspecto técnico y científico, el desarrollo de un pensamiento lógico-matemático. Exige el desarrollo de la creatividad y de la innovación, no puede ser repetitiva. No se trata solamente de preparar para el trabajo. Por eso no pueden dejarse de lado aspectos tan importantes como la reflexión filosófica y la imaginación artística. En palabras de García Márquez, se requiere de una ética y también de una estética. Retomar la propuesta de la Misión de Sabios. ¿Quién va a acordarse de ello? En Buinaima sí, y por eso convocamos a recoger y enriquecer sus banderas en materia educativa.

El momento histórico que vive Colombia no puede desaprovecharse. Finalmente el Gobierno entendió (¿seguro?) que ánimo de lucro en educación superior es antónimo de calidad. La actual propuesta de reforma, dice la Ministra, garantizaría parcialmente cobertura con una educación privada que atendiera el 85 % de la demanda. ¡Hay que invertir los guarismos! Llevamos medio siglo de acumulación de la demanda en manos de instituciones privadas. Debemos trazarnos una clara meta en materia educativa, a materializar en los escasos 8 años que nos quedan antes del segundo bicentenario, el de La Batalla (7 de agosto de 2019). Para entonces, el Informe Conjunto de la Misión, Colombia al filo de la oportunidad, cumplirá 25 años. El movimiento por una Educación Superior de Calidad no excluyente debe extenderse a todo un programa en EDUCACIÓN EQUITATIVA DE EXCELENCIA, para poder competir en Tratados de Libre Comercio dentro de las Sociedades del Conocimiento. No puede haber marcha atrás. El intercambio de libre comercio no puede hacerse con mano de obra barata no calificada, sino todo lo contrario.

domingo, 2 de octubre de 2011

LA NUEVA ALIANZA EN EL SIGLO XXI

Recientemente tuve oportunidad de asistir al lanzamiento de una nueva serie
Ediciones Desde Abajo: Ciencia y Sociedad.

Se inició con la segunda edición de
TERMODINÁMICA Y COMPLEJIDAD
de Carlos Eduardo Maldonado.
El subtítulo, muy sugestivo, señala el carácter divulgativo de la obra:
Una introducción para las ciencias sociales y humanas.
Quienes conocieron la primera edición saben que este libro es un buen ejemplo del indispensable diálogo entre las dos culturas, día tras día más difícil, puesto que las ciencias, las naturales y las humanas o sociales, cada una por su lado, se han hecho cada vez más complejas; mientras que el lenguaje de las primeras se vuelve más formal, el de las segundas se torna más abstracto. Por paradójico que resulte, son precisamente las Ciencias de la Complejidad las que nos acercarán a un diálogo real y sincero.

Continuando la propuesta de Charles Pierce Snow contenida en Las dos culturas, John Brockman ha dado un cierto impulso a la Tercera Cultura con un selecto grupo de intelectuales. Pero quien verdaderamente dio lugar a ese nuevo humanismo fue Ilia Prigogine, particularmente con LA NUEVA ALIANZA, escrita con la colaboración de Isabelle Stengers. El texto de Maldonado permite una incursión a esa Nueva Alianza desde otro punto de vista.

Pierce fue físico, químico y escritor, pero terminó siendo lo último.
¿Quién no sabe que Ernesto Sábato se graduó como físico nuclear? Los horrores de la guerra le convirtieron en uno de los más descollantes miembros del club, del boom latinoamericano, aunque wikipedia lo ignore.
Albert Einstein escribió muchas obras de divulgación científica, aunque su clásico Significado de la relatividad no es propiamente para legos. Muy diferente, por sencillo y ameno, es el texto que elaboró conjuntamente con Leopold Infeld, La evolución de la física. Durante sus últimos años, crítico incansable de la guerra, Einstein escribió varios ensayos de corte filosófico.
Carl Sagan y otros científicos de las mal llamadas ciencias duras, siguiendo el ejemplo, han hecho lo mismo, y es eso lo que queremos destacar con esta nota.

No me referiré aquí a la Tercera Cultura o el Nuevo Humanismo en el Nuevo Orden Mundial, en el contexto universal. Me limitaré al caso colombiano. En forma completamente fortuita, por estos días en que se pone en tela de juicio el límite de velocidad impuesto por Einstein, la Carrera de Física (pregrado le llaman) de la Universidad Nacional de Colombia, pionera en nuestro país, cumple sus primeros cincuenta años. Ha habido muchos esfuerzos y tal vez pocos logros para que a la física se le otorgue en nuestro medio el status de ciencia aplicada que también tiene en todo el mundo, paralelo al de ciencia básica, quizá la más fundamental. Sea esta observación solo un pretexto para señalar que, al igual que otras ciencias básicas, la física nos ayuda a adelantar con mayor profundidad el diálogo a que hemos hecho referencia. Distingo entre ciencias de la complejidad y pensamiento complejo. El diálogo exige, de una y otra parte, entender el lenguaje del lado opuesto. Maldonado ha hecho una excelente labor en esa dirección.

En modo alguno sugiero que mi trabajo personal sea prototipo, pero quizá sirvan de ejemplo tres actividades que mi Alma Máter me ha permitido adelantar. A una de ellas, el Proyecto Ethos Buinaima, me he referido en repetidas ocasiones (esta columna es prueba de ello). En esta tarea he sido secundado por un selecto grupo de personalidades que se identifican con la urgente necesidad de conformar en Colombia un nuevo ethos cultural.
Las otras dos son más académicas, pero no menos importantes desde el punto de vista social. Cuántica para todos y para todo es un curso que se viene desarrollando desde hace más de 3 años en un auditorio mediano (con capacidad para 200 asistentes); el entusiasmo de estudiantes de todas las carreras de la Nacho ha permitido mantenerlo; a lo mejor haya que buscar un auditorio mayor próximamente: el cuento cuántico, cada día más seductor por lo inverosímil, es demasiado importante para dejarlo en manos de charlatanes.
La tercera actividad apenas se inicia, con un Nanotaller dirigido a docentes de secundaria en ejercicio. Quien desee puede acceder libremente al material que será suministrado. Pero el mensaje que deseo dejar antes de llevarlo a la práctica lo quiero expresar explícitamente: nanotecnología es el ambiguo o equivocado término mercantilista con que designan en el mundo entero la nueva revolución tecnocientífica, sobre cuyas consecuencias, buenas y malas, debería informarse a todo el mundo. En la convocatoria se expresa:
El mundo nanoescalar actualmente ofrece una oportunidad incomparable para dar una visión unificada de las ciencias, no solamente las naturales, a saber, física, química, biología, ciencias de la tierra, sino también campos interdisciplinarios, entre los cuales destacan las ciencias del medio ambiente. Hoy se habla no solamente de la nanotecnología, para algunos el gran paradigma del momento, sino también de nanoética, nanobioética, amén de nanofísica, nanoquímica, nanobiología, nanoambiente, etc.

El tema da para muchas reflexiones, pero sobre todo, para el diálogo de saberes que se requiere en este nuevo siglo. La nueva alianza de Prigogine y Stenger nace de la preocupación por la aparente contradicción entre las dos culturas. En el siglo XXI, esa nueva alianza nos obliga a hablar un lenguaje que todos entendamos. Pero sobre todo, a un esfuerzo de todas las ciencias por reforzar el diálogo de saberes, hoy limitado al enfoque economicista de mercado. Sea el cincuentenario un punto de reflexión y de partida.