¡Recordemos... reconciliémonos... y actuemos ya, antes que sea tarde!Para empezar, hagamos unos balances:
- Balance del día después
- Balance del bicentenario
- Balance de los 20 o 22 años.
Todo empezó el 20 de julio de 1810
Aunque no es del todo verdad. La verdadera independencia, o al menos la primera independencia política, inició el 7 de agosto de 1819. Solo nos resta un lustro para celebrar con verdaderos propósitos de enmienda el Segundo Centenario de la Batalla de Boyacá, o del inicio de la construcción de la República de Colombia. Ya habrá tiempo para recordar qué llevó a la derrota del intento reconquistador de Barreiro y los demás oficiales españoles que uno a uno fueron vencidos por las tropas diezmadas del Libertador Simón Bolívar.
Pero habrá que examinar qué pasó durante la Patria Boba. O mejor: qué nos ha llevado a mantener por cerca de dos siglos el mismo o peor esquema de recreación de una nación, una patria de la cual no podemos decir haya sido construida por la mejor dirigencia, con una adecuada inteligencia. Hasta sus principales protagonistas (responsables en su mayoría) estarán de acuerdo en esto: lo peor que le pudo pasar a Colombia, desde su establecimiento como nación, fue tener la dirigencia que ha tenido a lo largo de dos siglos.
Del día después (21 de julio) y de los dos siglos (2019) todos los lectores sabrán de quá se trata. No así de los 22 años, o de las 2 décadas. Aunque cada aniversario que pasa, como ocurre con los de seres queridos fallecidos, se celebra con menos fervor y se va olvidando poco a poco el acontecimiento que pudo cambiar el rumbo de la historia de Colombia hace 2 décadas, las expectativas de una paz duradera no solo renuevan la esperanza: también nos llevan a examinar la propuesta, lo que pudo faltar y lo que queda pendiente. Eso, en gran medida, es lo que se hace en el libro que se lanzará el próximo 28 de julio, como Balance de la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo, 22 años despues de que fue conformada por el Presidente Gaviria, a raíz de la Constitución del 91, de la Ley General de Educación de 1994 y de las expectativas que se tuvieron, cuando se reconoció que desde la Ciencia, la Tecnología y la Innovación podría construirse, a partir de una EDUCACIÓN DE EXCELENCIA CON EQUIDAD, E a la tercera potencia, como solemos decir en Buinaima, una nueva nación y un nuevo ethos.
Del día después (21 de julio) y de los dos siglos (2019) todos los lectores sabrán de quá se trata. No así de los 22 años, o de las 2 décadas. Aunque cada aniversario que pasa, como ocurre con los de seres queridos fallecidos, se celebra con menos fervor y se va olvidando poco a poco el acontecimiento que pudo cambiar el rumbo de la historia de Colombia hace 2 décadas, las expectativas de una paz duradera no solo renuevan la esperanza: también nos llevan a examinar la propuesta, lo que pudo faltar y lo que queda pendiente. Eso, en gran medida, es lo que se hace en el libro que se lanzará el próximo 28 de julio, como Balance de la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo, 22 años despues de que fue conformada por el Presidente Gaviria, a raíz de la Constitución del 91, de la Ley General de Educación de 1994 y de las expectativas que se tuvieron, cuando se reconoció que desde la Ciencia, la Tecnología y la Innovación podría construirse, a partir de una EDUCACIÓN DE EXCELENCIA CON EQUIDAD, E a la tercera potencia, como solemos decir en Buinaima, una nueva nación y un nuevo ethos.
La Proclama (Gabriel Gardcía Márquez) y El Reto (Rodolfo Llinás) son apenas dos de los capítulos que se publicaron en Colombia, al filo de la oportunidad. Hoy tenemos razones más que valederas para afirmar que una nueva oportunidad para Colombia se da con Los Diálogos de Paz, siempre y cuando se sepan aprovechar para la construcción de un país equitativo y bien educado. Sobre esto volveremos más adelante.
Cuando se han iniciado (¡de nuevo con los viejos dirigentes!) unas nuevas sesiones del Parlamento, cuando se han celebrado sin mayor euforia los 205 años de "Independencia", cuando han pasado 22 años desde que se reunieron por primera vez los Comisionados (Los 10 Sabios) de la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo, y 11 años (21 de julio de 2004) desde la fundación de Buinaima, como proyecto, como plan y como programa a largo plazo (Conformar en Colombia un Nuevo Ethos Cultural), cuando se prepara el Primer Congreso Internacional de Ciencia y Educación para el Desarrollo y la Paz (19 y 20 de noviembre próximos), es un momento propicio para hacer un alto en el Camino de la Reconciliación, y escoger nuevamente el rumbo que debemos seguir durante el presente siglo.
Cuando se han iniciado (¡de nuevo con los viejos dirigentes!) unas nuevas sesiones del Parlamento, cuando se han celebrado sin mayor euforia los 205 años de "Independencia", cuando han pasado 22 años desde que se reunieron por primera vez los Comisionados (Los 10 Sabios) de la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo, y 11 años (21 de julio de 2004) desde la fundación de Buinaima, como proyecto, como plan y como programa a largo plazo (Conformar en Colombia un Nuevo Ethos Cultural), cuando se prepara el Primer Congreso Internacional de Ciencia y Educación para el Desarrollo y la Paz (19 y 20 de noviembre próximos), es un momento propicio para hacer un alto en el Camino de la Reconciliación, y escoger nuevamente el rumbo que debemos seguir durante el presente siglo.
(Columna en construcción. En una semana, cuando se se dé a conocer el balance de 20 Años de las recomendaciones de la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo, habremos elaborado unas reflexiones más profundas y quizá hecho unas propuestas mucho más atrevidad.)
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