Habrá que ir por lo menos al doble de velocidad, si no se quiere permanecer en el mismo lugar.
El símil de las locomotoras jalonando el Plan de la Prosperidad Democrática no es el más adecuado. Eso estaría bien para la época de la Revolución Industrial. Hoy se habla de la Sociedad del Conocimiento y de la Era de la Información. Si bien esos términos han aparecido en los discursos oficiales, no solo corren el riesgo de quedarse en las frases convencionales sino de volverse obsoletos, a menos que se imprima mayor velocidad a las acciones que deben seguir a las palabras.
Por ahora no me detendré en tres de las locomotoras que deberían haber llegado a su destino desde hace muchos años. El problema del agro y de la infraestructura del transporte, entre otros, son asuntos que deberían haber sido resueltos en las administraciones anteriores. Aceptemos que NUNCA ES TARDE para decidirse a resolverlos y que la Prosperidad Democrática logre tan importante cometido. Lo de la vivienda será siempre un problema al que se le estará dando soluciones con gran rezago.
Críticas no fácilmente descartables han llovido sobre las propuestas de explotación minera y de recursos energéticos, particularmente desde el punto de vista del medio ambiente y del valor agregado que se le vaya a dar a los productos de esa explotación.
Me concentraré en próximas columnas en la última de las locomotoras, la de los sectores basados en la innovación, la más importante para el caso. La innovación no se da de la noche a la mañana. La estrategia pasa por una adecuada educación, más claramente, por una suficiente financiación de la educación y una moderna concepción de la escuela.
El énfasis que desde el Ministerio de Educación y desde la Presidencia de la República se ha puesto en el plan de educación va sobre la calidad. En ello todos estamos de acuerdo. También estamos de acuerdo en que el punto de partida ha de ser la puesta en marcha de un Gran Plan Nacional de Formación para Docentes y Directivos Docentes.
Hay dos preguntas o inquietudes que solo los próximos meses,vale decir en 2011, empezarán a aclararse: i) ¿Qué entiende el MEN por una educación de calidad? ii) ¿Cómo va a ser financiada la educación de calidad en los estratos económicamente inferiores de la población?
En los próximos días comentaremos sobre el problema de la conectividad; de momento anticipamos que se nos antoja como si se estuviera examinando el asunto con esquemas tecnológicos de la pasada década.
Volveremos también a los temas de moda: Sociedades del Conocimiento y Era de la Información. Los dos conceptos hay que revaluarlos a la luz de los vertiginosos desarrollos que se han dado en ciencia y tecnología a lo largo de esta primera década del siglo XXI en los países desarrollados.
Profesor José Jairo Giraldo, buen día:
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con respecto a los innumerables retos que tiene el país para hacer menos abrumador el rezago frente a los países emergentes y más aún con los desarrollados, pero creo que el uso del término locomotora utilizado por el presente Gobierno para jalonar la prosperidad democrática tiene que ver más con un asunto semántico, me imagino que tratando de evocar términos usados en tiempos recientes como que Alemania es la locomotora económica de Europa. Si el uso del término es como una analogía a la máquina, creo que están desfasados y si fuera así, me adhiero en totalidad a su comentario.
Cordial saludo, José Luis Barragán