¿Recuerdan la historia de Steve Jobs? Pues bien, Steves Jobs no se dan silvestres. Quiero decir que por cada talento que se desarrolle en esa forma, habrá miles de adultos fracasados que ni siquiera se enteraron del talento que tuvieron. El sistema educativo vigente no brinda las mismas oportunidades a todos.
¿Qué significa fracasar hoy, cuando se habla de Sociedades del Conocimiento y de la Era de la Información? Es lo que estamos viviendo, un país desvertebrado, en el que creemos sobrevivir solamente con la innata astucia humana, tipo Nule.
Y por eso, la educación (lo mismo que la cultura) es modelo de equidad social, porque hace que desaparezca la desigualdad que está al comienzo. Antes de empezar su tarea, el maestro sabe algo que los estudiantes ignoraban. Si el maestro es bueno, al terminar su trabajo esa diferencia ha desaparecido y todos saben lo que antes sólo uno sabía. En el proceso de educación, dar es siempre recibir y enseñar es lograr que quienes eran desiguales se conviertan en iguales. Y mientras mejor sea el otro, mejor es uno mismo.
(Tomado del párrafo final de
http://www.jorgeorlandomelo.com/montaignemaestro.htm)
Ese era el esquema de Montaigne. El mismo Melo nos advierte que
el hombre no viene programado para producir resultados a partir de la información externa, sino que está programado para aprender, es decir para crear e inventar, a partir de lo que capta afuera, formas nuevas de actuar y nuevos conjuntos de reglas y procedimientos.
Es por eso que podemos transformar la adversidad en bonanza, como en gran medida hizo Singapur hace 4 décadas. Es el llamado que hizo La Misión a
conformar en Colombia un nuevo ethos cultural,que recogiera Buinaima en el espíritu de
generar nuevas formas de pensar y de actuar.
Se equivocan quienes creen que UNA EDUCACIÓN SUPERIOR DE CALIDAD se logra sin una educación básica ídem. La Revolución Educativa, sin lograr la pretendida cobertura, fue un fracaso mayor en calidad. Otra vez remito al caso de Singapur, pero también de Finlandia y de Australia, en donde los docentes de la primaria tienen una excelente preparación y una adecuada remuneración. Los resultados saltan a la vista en las pruebas internacionales a que se someten; nosotros también nos sometemos, para constatar nuestro paupérrimo desempeño.
El Gobierno hizo mucha retórica inicial alrededor de la educación. Planteó el desarrollo en términos de locomotoras obsoletas y se olvidó que se requiere al menos de rieles por donde deberían ir esas viejas locomotoras, entre ellas la de la minería, con la que tantos desastres ecológicos se presagian y las nuevas que se anuncian con los TLC. Si se toma como modelo una educación de excelencia, podrán circular por esa vía no ya locomotoras a vapor sino trenes superexpresos como los que han diseñado algunos países orientales.
Para no abusar del lector, resumamos en una frase lo que debe ser una EDUCACIÓN EQUITATIVA Y DE EXCELENCIA, indispensable en los nuevos tiempos, si se quiere competir con éxito, como lo demuestran claramente los ejemplos citados, entre ellos el más cercano de Brasil.
Los males ya endémicos de pobreza, violencia, exclusión, corrupción, impunidad, inseguridad, desempleo, politiquería, nepotismo, ineficiencia (menciono solo 10 para limitarme al número que dicen azotó a Egipto) se pueden combatir con una EDUCACIÓN DE EXCELENCIA PARA TODOS Y TODAS. Esa educación envuelve otras dimensiones, que no solamente el aspecto técnico y científico, el desarrollo de un pensamiento lógico-matemático. Exige el desarrollo de la creatividad y de la innovación, no puede ser repetitiva. No se trata solamente de preparar para el trabajo. Por eso no pueden dejarse de lado aspectos tan importantes como la reflexión filosófica y la imaginación artística. En palabras de García Márquez, se requiere de una ética y también de una estética. Retomar la propuesta de la Misión de Sabios. ¿Quién va a acordarse de ello? En Buinaima sí, y por eso convocamos a recoger y enriquecer sus banderas en materia educativa.
El momento histórico que vive Colombia no puede desaprovecharse. Finalmente el Gobierno entendió (¿seguro?) que ánimo de lucro en educación superior es antónimo de calidad. La actual propuesta de reforma, dice la Ministra, garantizaría parcialmente cobertura con una educación privada que atendiera el 85 % de la demanda. ¡Hay que invertir los guarismos! Llevamos medio siglo de acumulación de la demanda en manos de instituciones privadas. Debemos trazarnos una clara meta en materia educativa, a materializar en los escasos 8 años que nos quedan antes del segundo bicentenario, el de La Batalla (7 de agosto de 2019). Para entonces, el Informe Conjunto de la Misión, Colombia al filo de la oportunidad, cumplirá 25 años. El movimiento por una Educación Superior de Calidad no excluyente debe extenderse a todo un programa en EDUCACIÓN EQUITATIVA DE EXCELENCIA, para poder competir en Tratados de Libre Comercio dentro de las Sociedades del Conocimiento. No puede haber marcha atrás. El intercambio de libre comercio no puede hacerse con mano de obra barata no calificada, sino todo lo contrario.
Muy interesante. Y, que podríamos pensar en torno al agro, pues Colombia es _o debería_ apostarle a la agricultura como una oportunidad de equidad y de crecimiento en términos de sostenibilidad.
ResponderEliminarAparecen nubarrones en el horizonte, pues con un TLC leonino para los intereses nuestros, no se avizora buen viento y buena mar. En definitiva, necesitamos organizarnos (una dura pero necesaria aventura) y no meramente sobrevivir.
Al convertirse la Educación en un servicio por el que hay que pagar, siendo su costo fijado por unos "estándares de calidad" lleva implícito de convertirse en una “mercancía”, y como ocurre con las demás mercancías, al mercado es a quien le corresponde fijar el valor de las cualidades humanas, y aún su misma existencia. Si las ccualidades ofrecidas por una persona no hallan empleo, simplemente NO EXISTEN, tal como una mercancía invendible carece de valor económico, aun cuando pudiera tener un valor de uso.
ResponderEliminarTodo el andamiaje conceptual de la reforma está permeado por este hilo conductor del mercado laboral donde debe inscribirse todas nuestras posibilidades de desarrollo como sociedad. El trasfondo de esa concepción y la orientación que se le da a la Educación Superior es la de que el individuo se describe como una "cosa" por la que debe obtener rentabilidad en el mercado, no como un agente activo portador de capacidades humanas. En consecuencia, razones hay suficientes para oponernos a la propuesta del gobierno de turno sobre la Educación Superior.