Prometí escribir sobre el libro (ya no tan reciente) de Ospina. Tareas más urgentes me hacen aplazar el asunto. La educación, compromiso de todos, es el tema prioritario... pero hay otros. "Hay que defender la inteligencia lícita", dice el Presidente en entrevista a El Tiempo (aludiendo a los que espían "desde la cocina"). Y me pregunto: ¿Por qué la investigación que hace Patarroyo se considera ilícita? Todos estos temas tienen que ver con la inteligencia. Pero la que puede poner en alto el nombre de Colombia en el panorama internacional, los resultados de la investigación seria y comprometida con la salud de una elevadísima proporción de la humanidad, no se está apoyando como debe ser. La primera parte del título de esta columna, corresponde al único artículo que en las últimas dos semanas, desde cuando se conoció que un fallo del Consejo de Estado le propinó un duro golpe para sus investigaciones, quizá más fuerte que el déficit presupuestario, ha salido a defender a Patarroyo. Lean ustedes en los enlaces suministrados y saquen conclusiones.
Entre tanto, espero conocer detalles o resultados más precisos sobre la investigación financiada por Compartir para escribir nuevamente sobre el más prioritario de todos. Veinte años se cumplirán el próximo 21 de julio desde cuando la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo, de la cual formaron parte Patarroyo, Llinás, Gabo y otros cerebros colombianos (no propiamente inteligencia militar, la cual también por supuesto es muy importante, pero no para violar nuestros derechos) nos dio a conocer sus recomendaciones. El Alzheimer, ese mal que cada vez cobra más víctimas, al que ojalá pueda contribuir Llinás a remediar (afortunadamente sin recursos nacionales, de lo contrario estaría perdido), nos agobia socialmente. Por eso olvidamos las recomendaciones de los sabios. Por eso los colombianos seguirán apoyando en las urnas a Santos o a Uribe.
Desde la otra orilla estamos hablando de buscar LA SEGUNDA OPORTUNIDAD SOBRE LA TIERRA que no tuvo la estirpe desgraciada de los Buendía, entre otras la oportunidad para la paz y la reconciliación... para el desarrollo a escala humana..., para lo cual es indispensable una educación, no ya de calidad, sino de excelencia. ¿Encontraremos la luz al final del túnel, o las fuerzas oscuras impulsadas por una procuraduría omnipotente, un expresidente que se cree en ejercicio (o algunos militares lo creen en ejercicio) y otros nefastos personajes lograrán su propósito?
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