Gracias a un mensaje que parecía de autoayuda y que estuve a punto de enviar a la papelera sin abrir, tuve oportunidad de escuchar un acertado diagnóstico hecho sobre nuestra realidad, cuando en realidad se estaban refiriendo a otra, la mexicana. Se trata de una conferencia de Carlos Kasuga Osaka, supuestamente colombiano, en una presentación denominada CAMBIO DE ACTITUD (su charla no se tituló de esa manera). Kasuga es un exitoso empresario mexicano-japonés, presidente de Yakult. Se lee en la transcripción apócrifa de su conferencia , y eso es lo que rescato:
Analizando las diferencias entre Japón y Colombia, veo cuatro importantes: la educación, actitud ante la naturaleza, la religión y actitud ante la vida misma. (Compárese con el original, Kasuga2017.)
Aunque la transcripción no es fiel (el
conferencista compara con México), el dictamen resulta válido. En torno a la
educación, no cabe duda. Salvo los países más atrasados del planeta, aunque el
MEN diga lo contrario, Colombia seguirá ocupando por ahora las últimas
posiciones. Afirman desde allí que estamos mejorando: todo es relativo. Frente
a la naturaleza, el riesgo de convertir nuestra patria en un desierto es
inminente. Así es el patriotismo de nuestros dirigentes. No opino sobre
la religión, pero no cabe duda que la del colombiano promedio es religiosidad,
simple apariencia. Es la actitud ante la vida, o mejor, el
actuar o reaccionar frente a los problemas de todo tipo, lo que me interesa
destacar antes de resaltar un aspecto que me llamó la atención en la versión
original, no mencionado en la modificada. El carácter, como dirían los
psicólogos, es determinante para actuar privada o colectivamente, y depende en
esencia de la educación, más que de la religión. Sobre aquella seguiremos
escribiendo porque es la apuesta más importante para Buinaima. Debería
serlo para Colombia, pero terminará el cuatrienio de paz, equidad y
educación sin que en definitiva se logre alguno de los tres puntos del
programa para la reelección de Santos. El Ser Pilo Paga, financiación
para la universidad privada y lo contrario para la pública, fue el triunfo
más prominente de una política educativa equivocada, inequitativa, que
para nada contribuirá a la paz y la convivencia.
Volvamos
al último punto destacado arriba. Requerimos un cambio de actitud para resolver
nuestros problemas centenarios. Por siglos hemos permitido que la clase
dirigente, la misma o renovada, continúe en esencia sin cambiar. Es increíble
que por más de un siglo siga sin resolverse el problema de la tenencia de la
tierra. Las FARC intentaron por más de medio siglo un camino que no dio
resultado y empeoró las cosas para el pueblo. De seguro el ELN reconocerá
también los errores cometidos en ese medio siglo de existencia.
Insistamos sobre el
carácter. Sin cambio mental no hay cambio posible. La educación que solo aporta
información y conocimiento es un fracaso, hoy más que nunca, en la era de la
información. No es el qué sino el cómo. Dice Kasagu en la conferencia original,
refiriéndose a su campo de acción:
Existen tres pasos para ser un empresario exitoso: bien ser, bien hacer y bien estar. Eso es requisito para el bien tener; por favor no busquemos el tener rápido y fácil sin haberlo hecho debidamente, el daño personal y social es enorme.La transcripción de su mensaje no es literal, solo el espíritu del mensaje, una reflexión que ojalá llegara a nuestra corrupta clase dirigente. El problema de fondo está en la educación. Dejo al lector en libertad de visitar los enlaces suministrados para los detalles y una mayor explicación, no sin antes terminar con una invitación.
Cuando se fundó Buinaima hace 13 años, se hizo con
el propósito de «Conformar en Colombia un nuevo ethos», en conmemoración del famoso
informe de la denominada Misión CED (Ciencia, Educación y Desarrollo), Colombia al filo de la oportunidad. Traducido
a un lenguaje más llano, se trata de generar
nuevas formas de pensar, sentir y actuar. En eso se resume lo que debe
ser la esencia de la educación, de todas las épocas y de todas las regiones, de
las religiones y de los países, incluso al margen del tipo de gobierno que
escojan o impongan.
Requerimos con urgencia de una educación que logre
un cambio de actitud y que gracias a eso permita cambiar las instituciones:
estas no cambian solas, pero en la época actual se requiere de instituciones que aprendan permanentemente.
La educación que se imparta debe ser tal que logre también la renovación
permanente de la clase dirigente: todo lo que la actual (ya centenaria) haga es
para mantener el statu quo. Las reivindicaciones y justas reclamaciones
de los maestros se quedarían cortas si solo se redujeran a las económicas. Su
movimiento y el apoyo popular que reciba debe conectarse con la discusión que ahora se da sobre el nuevo Plan Nacional Decenal de Educación (PNDE) que por ley el
Estado tendrìa que acoger para el periodo 2017-2027, no solo para el 2025 cuando supuestamente
Colombia será la más educada en América Latina (ja/ja).
El «Foro Permanente de Ciencia y Educación para
el Desarrollo y la Paz», al que pertenece Buinaima al lado de cerca de un
centenar de organizaciones de carácter académico y educativo, ha elaborado lo
que deben ser los lineamientos del nuevo PNDE. Esperamos que el MEN acoja las
recomendaciones que por cerca de seis meses se han propuesto en un ambiente de
discusión seria al más alto nivel académico.
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