domingo, 13 de marzo de 2011

Educación como negocio

Como era de esperarse, la propuesta a la reforma de la Ley 30 para la Educación Superior pasa por la ley de oferta y demanda. Este es el plan de "los 4 pilares" del Presidente Santos:
http://wsp.presidencia.gov.co/Prensa/2011/Marzo/Paginas/20110310_10.aspx
y la aparente acogida de lo que se espera reciba un amplio debate:
http://www.elespectador.com/impreso/temadeldia/articulo-256119-universidades-animo-de-lucro-apuesta-del-gobierno
Dentro del esquema de Friedman de la teoría de los subsidios de demanda, algo similar ocurrió con la salud y es claro lo que pasó. La revolución educativa del anterior gobierno en la educación básica ni siquiera garantizó la cobertura, pues la deserción sigue siendo muy grande. El tema de la financiación en la educación superior está en el orden del día, y ya ha habido pronunciamientos. Nos deja en ascuas el del editorial de EL ESPECTADOR, medianamente proclive a que haya ganancias, como propone el Gobierno:
http://www.elespectador.com/opinion/editorial/articulo-256420-reforma-educacion-superior
La Ministra defiende este punto de vista en una amplia entrevista dominical:
http://www.eltiempo.com/vida-de-hoy/educacion/gobierno-busca-mejorar-la-educacion-superior-publica_9005060-4
Soy escéptico en cuanto al resultado del foro a que convoca el ministerio, pero habrá que dar la pelea con argumentos de fondo.
Ejemplo y prueba de que otro camino es posible es el de la Isla Mauricio, destadado por el Nobel de economía 2001, Joseph Stiglitz:
http://www.elespectador.com/impreso/columna-256406-el-milagro-de-mauricio
Hace un año escribió Eduardo Sarmiento en EL ESPECTADOR: “La financiación de la educación por la vía de la capitación ampliaría la segregación educativa, reduciría la calidad de la educación superior y privaría a los sectores menos favorecidos del acceso a la tradición cultural y a la interacción social. Se replicaría la política social de los últimos veinte años que ha pretendido orientar el sector con criterios de mercado y entregar su administración a los estímulos de lucro, y sólo ha traído la extinción del empleo formal, el quiebre de la salud y las pensiones, la baja calidad de la educación secundaria y el agravamiento de las desigualdades.” Eso es exactamente lo que está pasando y seguirá ocurriendo; el problema de la oferta de una educación superior de excelencia (la calidad no basta para cerrar la brecha) no se resuelve con la oferta y la demanda. Las reflexiones del rector de la Universidad Nacional deberían tenerse en cuenta:
http://www.elespectador.com/impreso/columna-255907-reforma-sin-respuestas
El falso dilema en que quieren encasillar la educación toda es el siguiente: Como el Estado no tiene dinero, hay que financiar la educación con fondos privados; pero los inversionistas no aportarán a menos que obtengan una ganancia.
El dilema se resuelve mediante una estrategia que desde hace mucho se ha planteado:
Hay que dar incentivos a los empresarios para que le apuesten a la educación, pero es falso que ese incentivo necesariamente sea convertir la educación en un lucrativo negocio. Sería un error histórico garrafal. Ya tenemos demasiados de ese tipo. Estímulos tributarios, por ejemplo, es una alternativa. Y sobre todo, una clara política de CTS+P (la P, o mejor PP, es de Política Pública, en la que participe la Sociedad Civil). Me atrevo a sugerir que una modalidad de préstamo empresarial podría ser otra, pero en eso se debe ser muy cuidadoso: el Estado podría terminar diciendo que se cobren la cuenta apropiándose de los establecimientos educativos o de la educación, lo que sería todavía peor.
Procuraré aportar al debate a través de este blog mientras se dé la oportunidad. (Otras obligaciones me impiden por hoy ser suficientemente extenso en un tema de tan trascendental importancia. Les invito a hacer comentarios y contribuciones a través de esta columna. Directamente pueden enviarlos también a ethos.buinaima@gmail.com o jjgiraldog.buinaima@gmail.com En lo posible les daré visibilidad.)

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