viernes, 18 de marzo de 2011

Lo que faltaba: Ley 100 para la educación

Mucha tinta ha caido sobre el papel y más hipertexto ha llegado al espacio virtual desde cuando el Gobierno Santos propuso "abiertamente" privatizar la educación superior. Por más que se empeñen en negarlo, ese será el resultado. La discusión apenas comienza:
http://www.elespectador.com/impreso/columna-255907-reforma-sin-respuestas
http://www.representantes.unal.edu.co/index.html
http://www.eltiempo.com/vida-de-hoy/educacion/moiss-wasserman-habla-sobre-reforma-en-educacin_9018562-4
No cabe duda de que hoy el servicio de salud está privatizado, gracias a la milagrosa Ley 100, destinada a convertirse en una de las principales causas de "muerte natural" en Colombia. Los resultados saltan a la vista. Se puede predecir con certeza casi absoluta que lo mismo ocurrirá con la educación superior. La pública básica es, en términos generales, de mala calidad. No es que la privada básica sea buena, pero en este mundo globalizado de Oferta y Demanda cada cual puede escoger, incluso a escala mundial, si tiene con qué pagar. La única alternativa de estratos medios hacia abajo es la pública, por lo que elevar su nivel es un asunto de elemental equidad.

Aunque se refiere a la educación en general, la columna de Francisco Cajiao pone el dedo en la llaga en lo que atañe a la educación superior:
http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/franciscocajiao/los-rieles-y-las-locomotoras_9010431-4
Las locomotoras todavía no ven los rieles. La demanda de una educación superior de calidad no se ha resuelto con una mayor oferta por parte del Estado. Todos concordamos en que sin ella, cualquier modelo economico actual fracasará. Como el salario mínimo u otros más bajos (por debajo de la línea de supervivencia) no dan para tanto a la mayoría de las familia, o bien el beneficiario-estudiante se hipoteca desde su ingreso al sistema o decide entrar sin mayor preparación al "mercado laboral de la informalidad", no importa dónde. La única diferencia con el esquema de salud es que el paciente no se va a morir: muchos de nuestros jóvenes o adolescentes encontrarán otras formas para sobrevivir, p..e., ingresando a cualquiera de las BACRIM. Entonces sí que se cumplirá la predicción, completamente anticientífica de "La Curva de Bell".

The Bell Curve, de Herrnstein y Murray, fue un descarado best seller de corte racista, publicado en el otoño de 1994 en Estados Unidos, cuyos autores concluyen que no vale la pena invertir en educación para los pobres y minorías porque de todas maneras, debido a su bajo cociente intelectual, seguirán dependiendo de la seguridad social e incrementando la delincuencia. Por pura coincidencia, en el verano de 1994 se hizo público (21 de julio, un día después) Colombia, al filo de la oportunidad, informe conjunto de la Misión de Sabios, la ya olvidada Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo (CED). Una década más tarde, 21 de julio de 2004, para rescatar del olvido su propuesta educativa y su proclama por Un nuevo ethos cultural, Buinaima, el educador que cuida de la gente, se recreó (renació) en Maloka. Es interesante la coincidencia en la publicación de los 2 informes, pues las recomendaciones de La Misión CED y el propósito de el buinaima educador van en la dirección opuesta a las pretenciones del informe Herrnstein-Murray.

Los resultados de "La Curva de Bell" fueron retomados después por investigadores serios para demostrar claramente, con datos, con argumentos y con hechos, que vale la pena invertir en educación para los pobres y las minorías. Esto se ha hecho en Estados Unidos y se ha retomado en Brasil. También los chinos están seguros del éxito de la inversión. Pero en todos estos países la inversión privada ha sido meticulosamente controlada y ha estado acompañada de una más fuerte inversión estatal. Aquí solamente copiaremos lo que le gusta a nuestra miope clase dirigente, LOS RÉDITOS SIN INVERSIÓN. Que el Estado se desentienda y la iniciativa privada haga de las suyas; los corruptos de siempre también harán su agosto.

Buinaima propone una Economía para Desarrollo Humano, como alternativa a la Economía de Mercado. La idea no es nueva pero el enfoque puede serlo. La abreviaremos ECONOCIMIENTO, queriendo significar con ello que su fundamento (cimiento) es el uso apropiado del conocimiento, es decir, conocimiento con sabiduría. Uso apropiado implica desarrollo pertinente, abreviémoslo CTS+P, siguiendo, p.e., el enfoque de Carlos Eduardo Maldonado. De acuerdo con Sydney Hook, SABIDURÍA es «el uso correcto del conocimiento en los asuntos humanos». O si seguimos a Bertrand Russell, «la concepción justa de los fines de la vida». La Empresa Privada no siente, en general, gran atractivo por incentivar el estudio de las ciencias básicas, mucho menos de las humanidades o de las artes. De ahí el énfasis en las tecnologías, incluida la Economía, aunque hablemos en general de Ciencias Económicas. Le creo a Manfred Max-Neef cuando afirma que «en el siglo XXI, nos están enseñando la economía del siglo XIX». Un enfoque diferente parece ser el de recientes premios Nobel, Stiglitz y Heckman, por ejemplo. Pero sobre estos aspectos volveremos después. Por hoy quiero concluir alertando, como han hecho la mayoría de comentaristas, sobre los tremendos efectos que tendrá en el acceso a una educación superior de calidad la propuesta del Gobierno. En general, la calidad disminuirá, la brecha aumentará y las universidades públicas de calidad desaparecerán. Quizá se aumente la cobertura inicial, pero la deserción también crecerá.

(Esta columna continúa en la de hoy, 20 de marzo: EL TEMA LO AMERITA.)

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