domingo, 4 de agosto de 2013

EL TORTUOSO CAMINO HACIA LA PAZ

La Violencia (con mayúscula) causó, se estima (debieron ser muchos más), 200,000 víctimas. El periodo comprendido entre el "acuerdo" del Frente Nacional y el presente ha dejado más de 300,000. El informe ¡Basta ya! ha causado polémicas y no ha sido bien recibido por la "pura izquierda" ni por el "puro centro democrático" (Véase
http://www.elespectador.com/noticias/nacional/violencias-articulo-437859).
A nivel mundial hay una guerra más profunda y complicada, de imposible negociación, que acertadamente algunos han denominado

Guerra de paradigmas

http://www.nuevatribuna.es/opinion/candido-marquesan-millan/guerra-paradigmas/20130731154417095263.html

 A nivel local seguramente es más fácil negociar con las FARC, a pesar de lo tremendamente difícil que resulta, que negociar con las fuerzas oscuras que se ocultan detrás de grupos políticos, algunos de ellos más ocultos en sus intereses que los clandestinos.
Pero la paz no se construye con las simples negociaciones, por complejas que resulten. Cuando las multitudes eran como mansos corderos que seguían a su pastor, todo era más fácil, a pesar de que no había las comunicaciones de ahora. Hoy, tal vez precisamente por eso, al menos en parte, la manipulación resulta más grande y a la vez caótica (compleja). Examínese, por ejemplo, el caso del Catatumbo. Hace 20 años el asunto era simple. Ahora es complejo. Tenemos la virtud de dejar crecer los problemas para resolverlos: anticipar no es una acción propia de nuestros líderes, la omisión es su máxima virtud.
Cuando cese el conflicto, durante el postconflicto, hay que adelantar una tarea que todavía está en pañales:  

Conformar una nueva cultura

Ahí radica la mayor complejidad del problema. Hoy este es un problema científico (de las ciencias de la complejidad), no político, tampoco simplemente filosófico. Lo es, porque la ética ha dejado de ser política y filosófica. Les diré por qué en mi próxima columna.

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