SOBRE TODO CUANDO SE TRATA DE DOS DÉCADAS PERDIDAS
Se cumplirán 2 décadas el próximo 16 de septiembre cuando, después de acogida la propuesta de Rodolfo Llinás y otros visionarios, tras otros tantos años de arduo trabajo por parte de organizaciones e instituciones como la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia, la Academia Colombiana de Ciencias, las universidades Nacional de Colombia, de Antioquia, del Valle, la UIS, por mencionar solo algunas, Colciencias, que hasta entonces había tenido ilustres defensores del desarrollo basado en la Educación, la Ciencia, la Tecnología y la organizaciones que aprenden, convocó a un equipo de 10 personalidades que pensaran en un rumbo diferente para Colombia que pusiera fin al atraso, la corrupción, la inequidad y la violencia, para poder ingresar a las sociedades del conocimiento, construir un nuevo Ethos Cultural fundamentado en una cultura científica.
La situación mejoró por un tiempo, pero no por mucho. Hoy los grupos de investigación de calidad tienden a disminuir y el Sistema General de Regalías genera muchas dudas en cuanto a desarrollo real se refiere. El nivel de la educación básica y media en términos relativos ha desmejorado. El superior no incorpora todavía a una población joven que cada vez se siente más frustrada, y cuando lo hace, lo logra con ofertas que no satisfacen los exigentes requisitos de una educación para el siglo XXI. Con razón se queja el ex rector Moisés Wassermann en su columna (cienciacenicienta).
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