domingo, 3 de noviembre de 2013

DE LAS AMENAZAS A LAS OPORTUNIDADES Y DE LAS DEBILIDADES A LAS FORTALEZAS



«El futuro de Colombia va a estar profunda y directamente relacionado con la capacidad que los colombianos tengamos de organizar la educación; la hija de la educación: la ciencia; y la hija de la ciencia: la tecnología. Sin la menor duda, este entrelazamiento será uno de los ejes principales del futuro de nuestro país en el siglo XXI.» Eso decía Rodolfo Llinás aquel histórico 16 de septiembre, olvidado por todos los gobiernos que le siguieron.
«Conocí a Rodolfo Llinás hace unos 10 años, en Bogotá, cuando formábamos parte de un grupo de pedagogos colombianos convocados por el gobierno para intentar una reforma orgánica de la educación. Acepté sin autoridad ni convicción, solo por no parecer contrario a una iniciativa del presidente César Gaviria, y al buen ejemplo de 20 compatriotas bien escogidos. Me animaba además la esperanza de que los resultados disiparan mis dudas congénitas sobre la enseñanza formal.» Esta reflexión la escribió García Márquez 10 años después, prologando en español el libro de divulgación de Llinás sobre las neurociencias (El cerebro y el mito del yo).
No es por casualidad que casi todos los libros producidos por La Misión, teniendo como editor principal al doctor Vasco, 7 tomos en total, se refieran exhaustivamente a la educación. Educación para el Desarrollo fue el II. A este siguieron Investigación y educación para el desarrollo, Ciencia y educación para el desarrollo y Creatividad, formación e investigación. Educación, ciencia e instituciones completó la serie. Tampoco es casualidad que productos  posteriores de algunos de los sabios hayan sido sobre la educación y cómo hacerla bien hecha, sobre cómo evitar, como lamentara Einstein, que la escuela acabe con la imaginación y la creatividad de niños y niñas. Eduardo Aldana Valdés es bien conocido por el Proyecto Innovar y los Institutos para la Innovación Regional, posteriormente los CERES, o Centros Regionales de Educación Superior. Sus méritos y los de Carlos Eduardo Vasco, educador de vocación aunque su profesión y su pasión reconocida sean las matemáticas, hicieron a ambos acreedores a la Condecoración Simón Bolívar, máximo galardón o reconocimiento otorgado por el Ministerio de Educación Nacional. El Proyecto Cosmología para la Enseñanza de las Ciencias, proyecto desafortunadamente poco conocido diseñado e impulsado por Llinás, propone innovaciones en la enseñanza que bien vale la pena retomar. Méritos y logros destacados en la enseñanza a nivel superior han tenido prácticamente todos los comisionados. “Un país al alcance de los niños” ha sido el sueño mayor, no logrado aún, de Gabriel García Márquez. Y si hemos de premiar por la obra de toda una vida a un colombiano dedicado a estos menesteres, los de la Ciencia, Educación y Desarrollo, o CT+I+S, como podría llamarse hoy, ese colombiano es el doctor Eduardo Posada Flórez, quien contra viento y marea ha mantenido durante varias décadas actividades como la de esta XIII Exposición en Ciencia y Tecnología, y como la que celebraremos el año entrante, Convención Científica Nacional.
En conversación con Rodolfo Llinás en su reciente visita, de hace un par de semanas, a Bogotá, cuando dictó un par de conferencias sobre Arte y Cerebro, se lamentaba el destacado neurólogo de tanto esfuerzo perdido sin que el Estado Colombiano hubiera hecho algo significativo por el desarrollo científico, tecnológico y cultural. Pero Llinás no pierde el ánimo, y ahora nos ofrece nuevas posibilidades de investigación sobre ese órgano fundamental más desconocido que la materia oscura y la energía oscura de que está hecho el universo. Nanoneurociencia debería ser un tema que abordáramos con seriedad, siguiendo el ejemplo de países desarrollados, al menos para percatarnos de que el cerebro es plástico, y de que el cerebro de niños, niñas, jóvenes, adolescentes y jóvenes es tierra fértil, no para cultivar, sino para transformar: para hacer de Colombia esa  patria de la que todos nos sintamos al fin orgullosos con razón, no la simple “Colombia-Pasión”.
«Todas las borrascas que nos suceden, son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas, ya que no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca.» Ese fue el mensaje que Gabo envió a la Universidad de Antioquia con motivo de su bicentenario. Es el mensaje que puede rescatarse con motivo del bicentenario de la batalla de Boyacá, cuando se cumplirán 25 años de haberse reunido por primera vez la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo. Ellos ya hicieron su labor. Ahora nos toca a nosotros, o al menos a ustedes, los jóvenes que me escuchan. El nacimiento del «Buinaima Educador» comprometido con la conformación de un nuevo ethos es también resultado de aquella reunión ocurrida hace 20 años, gracias a todos los comisionados, en especial al entusiasmo de Carlos Eduardo Vasco, Eduardo Posada y Ángela Restrepo.  Muchas gracias.

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