Se suele enviar por estas fechas mensajes con buenos deseos de ¡Feliz navidad! No tengo inconveniente con ello, pero permítanme agregar que esa tradición europea lleva a los colombianos a caer en el tontainatontoronaina, como quien dice hagámonos los tontos, y la mejor manera de hacerlo es engañarse a sí mismo.
Mis mejores deseos son por un feliz relajamiento en navidad y año nuevo de tantas tensiones del tormentoso año que culmina. Y que en 2014 podamos abordar los problemas importantes que, por atender los urgentes, han sido siempre aplazados. Salud, educación y justicia son apenas 3 de ellos. Ojalá que al culminar 2014, ya libres de la violencia guerrerista, podamos poner fin a las otras, pero particularmente las que generan la pobreza de la mayoría, bajo el liderazgo de la corrupción, producto de la mediocridad. A la postre todo tiene que ver con una educación que no es la adecuada. Ojalá que los recursos que ahora se invierten en la guerra mañana se inviertan en una educación, no ya de calidad, sino de excelencia, como reiteradamente se ha sugerido desde esta columna.
Mis mejores deseos son por un feliz relajamiento en navidad y año nuevo de tantas tensiones del tormentoso año que culmina. Y que en 2014 podamos abordar los problemas importantes que, por atender los urgentes, han sido siempre aplazados. Salud, educación y justicia son apenas 3 de ellos. Ojalá que al culminar 2014, ya libres de la violencia guerrerista, podamos poner fin a las otras, pero particularmente las que generan la pobreza de la mayoría, bajo el liderazgo de la corrupción, producto de la mediocridad. A la postre todo tiene que ver con una educación que no es la adecuada. Ojalá que los recursos que ahora se invierten en la guerra mañana se inviertan en una educación, no ya de calidad, sino de excelencia, como reiteradamente se ha sugerido desde esta columna.
No es por amargar la fiesta, pero...Hasta donde tengo noticia, termina el año sin que se haya avanzado en el terreno oficial sobre el tema de Reforma a la Ley 30 de Educación Superior. Pero si por allá llueve, por aquí no escampa. La Reforma a la Justicia fue un fiasco. Ni qué decir de la Reforma a la Salud. No me ocuparé de estos asuntos tan importantes, para ir a otros más puntuales que llevan a un profundo sentimiento de desagrado y frustración por el año que culmina.El más protuberante es el caso Petro, que tendrá en vilo hasta el año que viene a todo el país. Casi todos los comentaristas, también muchos políticos, coinciden en que, a pesar de los errores cometidos por el Alcalde, al Procurador se le fue demasiado la mano. William Ospina escribe acertadamente, después de señalar que sus errores no tienen nada que ver con el mal que corroe a Colombia, la corrupción:
"La decisión de Petro
con los servidores del aseo pudo ser una imprudencia, pero no es un delito. Los
grandes empresarios, advertidos de la voluntad de no renovar sus contratos,
resolvieron con toda intención no recoger las basuras, aunque es su deber legal
prestar el servicio hasta el momento en que se los reemplace. No se trataba de
combatir un servicio privado, sino de racionalizar un sistema que debe dar
frutos para la sociedad, cumpliendo la ley que ordena formalizar la labor de
los recicladores." (Ospina.)
El mejor regalo para el año que viene, añadido al de la paz que todos deseamos: las urgentes reformas, empezando por las de salud, educación y justicia, de cara a un país en construcción que para lograrlo necesita urgentemente de la paz.
El mejor regalo para el año que viene, añadido al de la paz que todos deseamos: las urgentes reformas, empezando por las de salud, educación y justicia, de cara a un país en construcción que para lograrlo necesita urgentemente de la paz.
Antes de regresar a las festividades y desearles que las disfruten en paz y armonía, llamo la atención sobre un regalo que podrían ofrecer a quienes se preocupen, si no por el país que fue, por el que debemos construir.
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